El otro día rescaté de casa de mis padres, una vieja estantería que me gustaba por su gran capacidad de almacenaje pero ya estaba cansada de verla. Eso, junto con que últimente me inclino más por los muebles blancos que dan luminosidad a la habitación, hizo que me animara a hacerla un cambio de look, y así poder volver a incorporarla en mi habitación de estudio.
La estantería se componía de cuatro módulos, tres de ellos con puertas transparentes, así que comencé por desmontar todas las puertas y lijar todos módulos por separado.
A continuación les dí una capa de imprimación universal para que posteriormente se fijara bien la laca blanca. De ésta última apliqué un par de capas, lijando suavemente entre capa y capa para eliminar las pequeñas burbujitas e irregularidades.
Por dentro, en lugar de aplicar pintura, decidí que quedaría más original aplicando un vinilo de piedras, el cual también lo apliqué en la parte interior de las puertas transparentes para así tapar el contenido (seguro que desordenado) de esos tres módulos.
Fué una forma fácil y barata de renovar un mueble que tenía abandonado. Os animo a intentarlo!
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